La golfa de mi secretaria vino al despacho dispuesta a todo con tal de recibir un aumento de sueldo, así que se llevó un par de pollazos en el coño y en la boca. La perra me dijo que la hiciese suya y yo no pude negarme. Al final fue un buen cambio, sexo cada semana a cambio de unos cuantos euros!